jueves, 30 de enero de 2014

Vacaciones

Un mes y medio de vacaciones me tomó escribir sobre ellas¿Lo pueden creer? Estamos cercanos a mi cumpleaños, mis temidos 17 años y a un mes de comenzar las clases, mi último año. Este momento me traduce un poco de pánico, poseo esas ansias previas al último año y sé que estas son mis últimas vacaciones en total paz y tranquilidad. Si tengo suerte, y espero que la tenga, la primer quincena de Enero la voy a pasar de vacaciones con mis amigas.Un momento que esperé desde siempre aunque me da miedo que esa sea la última aventura antes de separarnos, casi definitivamente.
Estas vacaciones las estoy disfrutando a mi estilo, es decir: Muchas películas,algunos libros, muchas series y salir con los amigos de vez en cuando.
Pasa que yo me quedo en la ciudad mientras ellos van a veranear a la Costa o a alguna provincia cercana, así que es difícil verlos seguido aunque tampoco me estresa. Soy una persona que sabe divertirse por su cuenta.
Lo único que lamento es que mi mamá no se haya podido tomar vacaciones por nuestra situación económica, las necesita para relajarse y para que podamos ordenar mi casa.
Cuelgo mucho con arreglar y limpiar la casa pero por mi naturaleza colgada y no por maldad.

sábado, 25 de enero de 2014

Amores Imaginarios

¿Qué determina un amor verdadero de uno falso?¿Un indicio, una indirecta de cariño a un descuido bienintencionado con catastróficos resultados?
Nunca he sabido que determina nada por el estilo. Nunca me percato si un chico gusta de mi a menos que lo haga lo más obvio posible y aún así dudo ¿Estará jugando conmigo?¿Me estaré imaginando cosas? Llámenme insegura, pero no por mucho rato.
O lo peor, un acto sutil, con un significado trivial se puede convertir en néctar para mi orgullo y para mi ego, que me hacen creer que indiscutiblemente siente un atractivo hacía mi persona ¿Soy egocéntrica? Si, lo soy ¿De qué sirve negarlo?
No puedo mentir, me encanta que me encuentren atractiva. Carezco de belleza y los cumplidos acerca de ella me parecen falsos pero no hay que diferenciar el poder del encanto de la belleza. En realidad, tampoco soy encantadora pero me gusta que se fijen en mi¿A qué mujer no le gusta eso? A pesar que luego me queje o decida apartarlos de mi camino, me halaga el hecho de que me hayan destacado sobre otras jóvenes de mayor belleza y carisma.
No piensen que carezco de la inteligencia para dedicarme a sus halagos y a recibirlos, pues ellos me importan muy poco. Un poco de azúcar no endulza toda una tetera pero aún así altera el sabor ligeramente. No me visto ni me arreglo para ellos y siempre llevo con honor mi armadura femenina de la indiferencia y mi mejor daga: mi lengua. Se dice que el atributo mejor de la mujer es utilizarla, casi ningún hombre esta a la altura de una mujer cuando de la palabra se trata.
Pero vivir en este siglo, con estas relaciones tan complicadas y alborotadas, es una situación de lo más complicada. Precisamente ando falta de elegancia así que debe ser un poco hipocrita que pida lo mismo de los jóvenes que me rodean pero si mis estandares fueran altos, definitivamente no me veo con la capacidad de conseguir ni siquiera al más tonto de los pretendientes.
No me malinterpreten nuevamente, no me interesa el dinero y poco la belleza exterior, pero los valores y el modo de pensar son algo que considero de verdadera importancia. Soy una romántica y he mantenido los estandares bajos por considerar mis reales estandares muy altos, casi en una fantasía. Deseo a Mr.Darcy y salgo con el borracho del pueblo, a pesar de que podría estar mejor pero me niego a creer que Darcy se fijaría en mi o cualquier otro de mi misma cuna. Lamento la triste metafora pero es una realidad, la fantasía del romance ha estropeado las verdaderas expectativas del mundo real.
¿Cuántas veces he de repetirme que Darcy no existe? Debería dejar de pensar en la perfección de un hombre que tanta emoción trajo a mi vida junto a Elizabeth Bennet y darme cuenta que yo no soy como ella sino más como Lydia o Marianne. Debo recordar que Austen murió en soledad, a pesar de crear el romance verdadero en sus libros.

He de dejar de imaginar romance en cada rincón, que muchas acciones no significan nada y que me encuentro en un mundo donde lo casual es más importante que el romance. Siempre mezcle mucho las cosas, a veces vivo en el momento y a veces el tiempo es todo lo que me importa. Tal vez todo sería más sencillo si no me contradijera todo el tiempo, si pudiera definirme en un solo lado de la calle.
Pero no puedo, esa no soy quien soy.Seguiré imaginando amores donde no los haya y desestimando a quienes me aprecian de veras, supongo que solo soy un poco confusa y tonta.
                                                         Charlotte.


Es quien soy básicamente en realidad.

domingo, 19 de enero de 2014

INSPIRACIÓN DESAPARECIDA

La inspiración, junto a muchas otras emociones, se me escapó por un agujero de mi corazón ¿Saben dónde encontrarla?¿A qué calle corrió? Las otras ya poco me servían pero ella me traicionó.

domingo, 5 de enero de 2014

Amores de Películas


Él y yo nos parecíamos demasiado: ambos amábamos el cine. Pasábamos nuestros fines de semanas entre películas de Woody Allen, sexo y alcohol. Siempre manteniendo un poco de lo mismo. Cuando discutíamos solíamos mirar películas de Kubrik, siempre ultraviolentos, desquiciados por tanto tiempo juntos. Sabíamos que el amor era falso, que no existía, nos amábamos entre amores ideales, amores enfermos.
Nos conocíamos demasiado bien, nuestras críticas, nuestras palomitas. Éramos dos marcianos que nos atacábamos constantemente.
Queríamos que dure, lo intentábamos al menos. Formábamos nuestra historia en viejas cintas bélicas y deseábamos la eternidad sobrenatural, podíamos ser quien deseáramos, compañeros de trabajo, de escuela, enemigos.
Construíamos nuestro mundo a base de amores inventados, que no duraban más de dos horas. De fantasías, donde nuestro amor era más fuerte.
¿Cuántas películas hay en el mundo?¿Una vida alcanza para verlas todas? Supimos que algo iba mal cuando olvidamos devolver una película, la primera de muchas.
Ya no repetíamos los diálogos como antes, ya no recordábamos quien era Almodóvar ni si nos gustaba Coppola.
Al final, los créditos terminaron luego que nosotros, cuando decidimos olvidarnos en aquella sala de cine.
Un texto que escribí hace una semana.
                                                            Charlotte

jueves, 2 de enero de 2014

Boliches

O Chebolis, como diría mi amiga (Juli), son esos lugares donde uno va a pasarla bien con alcohol, gente de tu generación (aproximadamente) y música.
Particularmente, no me gusta ir a bailar, lo irónico es que siempre me acuerdo de esto una vez que ya estoy adentro.
En realidad, nunnca fui a bailar de noche, fui un par de veces a Matinee y a tres fiestas de egresados pero eso no disminuye el efecto que me producen.
Hacer una fila con un montón de gente previamente alcoholizada, entrar e intentar imitar el estúpido ritmo de una música que no me gusta, imitando a aquellos que la bailan normalmente y transpirar por tanto contacto físico pero sin tanta diversión. Y ojo, también hay que cuidarse de los que meten mano.
Entonces vos entras al boliche re tranquila con tus amigos (si no vas de a grupo, nunca voy a entender el sentido de tu vida) o conocidos, si es que solo conoces a una persona que te invitó y te pintó ir igual.
Adentro hay una multitud de gente, molesta. No es como cuando vas a un recital y el chivo del gordo que se te pega no te jode porque vos estas en la tuya cantando Can I play with Madness?, es mucho peor. Es el sudor de la pubertad y pseudo pubertad. Si resulta que no entraste en grupo por X motivo, tenes que lograr encontrar a los tuyos en un mar de gente y todos sus laberintos.
La música es tan estridente que te dificulta escuchar incluso tus pensamientos, si no te escuchas ni a vos, menos al que tenes parado al lado y siempre se presentan dos situaciones.
Situación A: -Hola ¿Cómo estas?
- Matias  ¿Vos?
-Recién llego ¿Sos amigo de Nico?
-Vengo de Ballester ¿Y esa quien es?
-No gracias, no tomo.
Esto es cuando hablas a los gritos y nada de lo que digas o discutas con los demás tiene sentido. Ya después de un rato te das cuenta que la conversación no va para ningún lado y seguís convulsionando al ritmo del electro remixado, una abominación generacional.
Situación B: Si estas tan sordo como yo, es clásico que decidas hablar en el oído. Sáquense la imagen sugerente de la cabeza porque es lo menos divertido que hay: el aire caliente en tu oreja, las palabras no se entienden y esta tan cerca que podes ver que tiene una carie en la muela de juicio.
Además que excluye a cualquiera de su conversación.
-Hola ¿Cómo te llamas?
-Juan ¿Vos?
-Charlotte ¿Vas al colegio con Matias?
- Si, pero al otro curso.
Seamos claros, normalmente si alguien te queda en esta situación, se ve un poco mal pero yo soy tan “inocente” que me importa muy poco. Si te quiero hablar, te hablo.
En Point(nombre falso creado por mi, mis hermosos) fui a dos fiestas de egresados, reggaeton, electro y cosas que no sé ni en que definición entra, es la música que suelen pasar. Casi me da ganas de llorar cuando escucho que ponen El Sensei o cualquier otro tema de Rock que valga la pena. Cuando fui a Panic, la música era otra cosa. Puro electro, y bloques chiquitos de porquerías y buena música pero más que nada Electro. Considerando el suelo mojado, no podía meterme en el pogo, así que decidí quedarme afuera.
Después de un rato el electro me agota todo los sentidos, ya hace que me duela la cabeza ese sonido de disco rayado.
Algo así se ve como bailo.
Y yo bailo, al principio me dedico a imitar a alguna de mis amigas. O por lo menos a las que se las puede imitar, algunas mueven el bote como si las hubieran sacado de un vídeo de Miley Cyrus.  Cuando me canso, bailo como se me antoja, algunas veces imito a un conocido mío, otras a Uma Thurman en Pulp Fiction o incluso a Travolta. Me divierto, y eso es lo mejor. Aunque lamento que mis amigas no sean precisas partidarias del ridículo pero yo siento que es lo único que puedo hacer.

Tomar alcohol esta bien, siempre y cuando lo que tomes no sea equivalente a “ si seguís tomando, te vas a quedar preñada”; “toma otro vaso y comete a ese flaco”; “Seguro que ese pibe de 23 es tu viejo, subite a su auto y quebrá en la alfombra”.
 Si salís a bailar por donde vivís, conoces a todos. Si salís a bailar por otra zona, no conoces ni a tu sombra. Los boliches son lugares que se suponen que son divertidos, pero no lo son.
Siempre que fui ocurría algo que hacía que la siguiente vez me olvidara de la estupidez que opinaba y fuera optimista: Conocer a alguien, situaciones de risa o de llanto, un amigo que nos hizo la noche. Ahora tarde recuerdo que estas cosas no pasan siempre.
Soy una eterna inconformista, pro bares. 
                                Charlotte